Empleo

Vecinos y vecinas de Piélagos vencen el miedo a las matemáticas para acceder a un Certificado de profesionalidad y abrir nuevas oportunidades laborales

Se trata de los participantes en el curso de competencias clave que, sobre esta materia, ha impartido el Ayuntamiento de Piélagos, en colaboración con el Servicio cántabro de empleo, dependiente de la Consejería de Empleo y Políticas Sociales

Un grupo de vecinos y vecinas de Piélagos con perfiles muy variados, como amas de casa o parados de larga duración, han vencido el miedo a las matemáticas para poder reciclarse profesionalmente, a través de un certificado de profesionalidad y abrir así nuevas oportunidades laborales.

Son los participantes en el curso de competencias clave que, sobre esta materia, ha impartido el Ayuntamiento de Piélagos, en colaboración con el Servicio cántabro de empleo, dependiente de la Consejería de Empleo y Políticas Sociales.

Igor Cobo, docente del mismo, recuerda que se consideran competencias clave a esos conocimientos necesarios para acceder a los certificados de profesionalidad, un tipo de formación homologada que capacita a una persona para el desarrollo de una actividad laboral en un sector concreto.

En este sentido, precisa que existen dos tipos principales de competencias básicas, en Lengua castellana y en Matemáticas, así como otra en Lengua extranjera, si bien ésta última, puntualiza, es requerida únicamente para certificados más específicos.

Igor Cobo explica que las competencias clave están dirigidas a esas personas que quieren realizar un certificado de profesionalidad de nivel 2, pero no han superado la ESO o de nivel 3 y no cuentan con el título de Bachillerato.

8 personas con un denominador común

Un total de 8 personas han superado con éxito el último curso impartido entre los meses de septiembre y noviembre en Renedo, que arrancó con más alumnos y alumnas, pero que tuvieron que abandonar el mismo, bien por motivos laborales y/o familiares.

En cualquier caso, los participantes han adquirido un nivel matemático muy parecido al que puede poseer un estudiante que ha superado la ESO.

En concreto, a lo largo de dos meses, han aprendido a dominar las cuatro operaciones; el manejo de elementos matemáticos básicos; los números enteros, fraccionarios, decimales y porcentajes; a resolver problemas utilizando los procedimientos básicos de la proporcionalidad numérica o a conocer el lenguaje algebraico para resolver ecuaciones de primer grado.

Además, los alumnos y alumnas se han capacitado para solucionar problemas cotidianos sobre unidades monetarias y unidades de medida, así como para elaborar e interpretar informaciones estadísticas  e información gráfica sobre la vida diaria.

“Se trata de una formación útil ya que últimamente estamos inundados de gráficos sobre intención de voto, niveles de contagio, estadística de enfermos …”, relata Igor Cobo, quien también se refiere a otras expresiones como “aplanar la curva” o “crecimiento exponencial”, muy frecuentes en los medios de comunicación.

Enseñar y motivar, el principal reto

Para este Licenciado en Matemáticas, es básico antes de arrancar el curso tener claro que hay que “partir de cero” y no dar nada por supuesto o aprendido, ya que, según comenta, los perfiles de los asistentes son “muy variados” y los niveles académicos “totalmente dispares”.

De hecho, confiesa que su mayor reto como docente ha consistido en conseguir que las personas con más conocimientos no se aburriesen y las que no tenían muchas nociones previas “no se quedasen atrás”.

Igor Cobo apunta que hay que tener en cuenta que muchos de los alumnos y alumnas del curso de competencias clave en Matemáticas del Ayuntamiento de Piélagos llevaban tiempo sin escribir a mano, sin realizar pruebas escritas y sin estar acostumbrados a tener una rutina diaria de estudio.

Por ello, afirma, su tarea fundamental como formador ha consistido en “enseñar y motivar a los alumnos y alumnas y convencerles de que podían conseguirlo”.

Las matemáticas son como un juego

Preguntado por esa fobia, casi generalizada a las matemáticas, Igor Cobo reconoce que no son una materia que “entre de primeras”, es decir, que la figura del formador o profesor es muy importante para motivar su estudio y entendimiento, mucho más que en otras áreas o asignaturas.

En su opinión, se parte de una enseñanza deficiente en la escuela, donde, para él, no se suele enseñar “para qué sirve algo” si no que, por el contrario, se estudia solamente “cómo hacerlo” sin que el alumnado vea una aplicación práctica de lo que estudia.

Igor Cobo se muestra convencido de que se presta mucha atención al cálculo, algo necesario, sin duda, pero poca atención a la resolución de problemas reales o cotidianos en los que demostrar la utilidad de lo que estamos estudiando.

Asimismo, cree que existe un miedo que, muchas veces, se transmite de padres a hijos con viejos clichés como definirse de “ciencias” o de “letras”, en los que subyace la idea de que son cosas antagónicas y que no deben mezclarse, cuando para él es algo completamente erróneo.

“Siempre digo que las matemáticas son como un juego en el que, si participas sin entender las reglas, te parece confuso y aburrido pero que, por el contrario, si las aprendes y entiendes, quieres jugar  e incluso ganar”, asegura Igor Cobo.