Juventud

Nelda Catalina Arranz, monitora del Programa ‘Verano de colores’: no he trabajado por necesidad sino para tener solvencia económica durante el curso

La joven santanderina, estudiante de 3º de Publicidad, scout desde los 6 años y con el título de monitora de ocio y tiempo libre, confiesa que para los meses de julio y agosto buscó “algo relacionado, que no fuera desconocido para mí”

Aunque había realizado con anterioridad algún voluntariado, para Nelda Catalina Arranz su trabajo como monitora del programa de conciliación del Ayuntamiento de Piélagos, ‘Verano de colores’, ha sido su primera experiencia laboral remunerada.

Esta joven santanderina de 19 años recuerda que empezó el Bachillerato de Ciencias, pero asegura que pronto se dio cuenta de que lo suyo  era “algo más creativo” y, por ello, se decantó por la Publicidad.

A punto de iniciar el tercer curso del grado universitario que realiza en Segovia, Nelda Catalina Arranz explica que había sido Scout desde los 6 años y tenía el título de monitora de ocio y tiempo libre, así que para los meses de julio y agosto se buscó “algo relacionado, que no fuera desconocido para mí”.

Reconoce que “este verano ha sido distinto porque estaba acostumbrada a descansar y, ahora, cuando vuelva a la Universidad, voy a notar la falta de descanso, ya que estudio por las tardes y hacía mucho que no madrugaba”.

En la misma línea cuenta que aunque la mayoría de sus amigos también han trabajado, alguno estuvo de festivales y eso, admite, “daba un poco de envidia”. Sin embargo, aclara que su decisión de trabajar en julio y agosto “no ha sido por necesidad, sino tener solvencia económica durante el curso en Segovia”.

Preguntada por aquello que más le ha gustado de su primera experiencia laboral, responde que  todos los tipos de actividades que han desarrollado con los niños (piscina, talleres cocina, manualidades, actividades al aire libre …).

De hecho, asegura que “en los scouts hay más responsabilidades, pero aquí los niños vienen a pasarlo bien”.

Del lado contrario, cree que lo más complicado ha sido tener tantos niños -nunca había trabajado con tantos-; que cambien por quincenas o la diversidad de edades. “Antes no había tenido contacto con niños de 4 años y hay que pensar cómo actuar con ellos”, apunta.

Tras finalizar los cuatro turnos del programa de conciliación del Ayuntamiento de Piélagos confirma que experiencias laborales como la que ella ha vivido “te enriquece muchísimo a nivel personal y, en general, he crecido porque todo han sido experiencias”.