Educación

El Colegio Estela de Zurita encarga a sus alumnos y alumnas que guarden todos los “mimos” que estos días les gustaría dar a las personas que quieren para que no se pierdan

La idea es que esos mimos, pero también los cariños y abrazos que, de no existir el Estado de Alarma por el Coronavirus, compartirían con la familia o los amigos puedan permanecer en botes, cajas o sobres, decorados previamente por los escolares con todo tipo de materiales, como “brillis”, telas o colores

El Colegio Estela de Zurita ha hecho un encargo muy especial a sus alumnos y alumnas. Se trata de que guarden todos esos “mimos” que estos días les gustaría dar a las personas que quieren para que no se pierdan.

La idea es que esos mimos, pero también los cariños y abrazos que, de no existir el Estado de Alarma por el Coronavirus, compartirían con la familia o los amigos puedan permanecer en botes, cajas o sobres, decorados previamente por los escolares con todo tipo de materiales, como “brillis”, telas o colores.

Con este proyecto, desde el centro educativo se busca que no se queden dentro del corazón sino que se plasmen en un papel a la espera de que, pronto, podamos darnos todos los mimos del mundo.

Mimos

María Fernández, del CEIP Estela de Zurita, explica que la situación actual, sin duda, afecta emocionalmente a los niños y niñas y, por ello, apunta, desde el centro intentamos mantener un contacto lo más cercano posible con nuestros alumnos y alumnas, a través de mensajes, vídeo-llamadas, etc.

En este sentido, precisa que, de ese contacto diario con las familias, nos encontramos con la necesidad de dar repuesta a los diversos conflictos emocionales que se están viviendo: en algunos casos, madres y padres que siguen saliendo de casa a trabajar; la ausencia del contacto con familiares con los que los alumnos mantenían antes contacto diario; la falta de juego con sus amigos o la privación de disfrutar del aire libre.

Por ello, añade, entendemos que nuestra prioridad, en este momento, es acompañar emocionalmente en la medida que podemos a las familias y aportarles estrategias que, aparte de ayudarles, fuesen sencillas y pudieran llevar a la práctica.

Tan importante es “enseñar” al cerebro como al “corazón”, subraya María Fernández, quien afirma que tenemos que ayudar a los niños y niñas a detectar cómo se sienten y a conectar con sí mismos, para que puedan comprender mejor esas emociones y sentimientos.

De hecho, hace hincapié en que la actividad que les proponemos permite a los niños y niñas expresar y canalizar la ausencia de la presencia de sus seres queridos y, para ello, nada mejor que, a través de los dibujos y el lenguaje escrito, ya que son herramientas que van a permitir exteriorizar y canalizar sus emociones.

Cuando los niños y las niñas escriben y dibujan un mensaje a las personas que echan de menos liberan esas emociones y aprenden a ponerles nombre, ayudándoles a sentirse comprendidos, tener menos estrés y encauzar esos sentimientos.