Empleo

El alumnado de la Escuela del Talento Joven ‘El Boosstare’ pasa de la teoría a la práctica en las instalaciones de CANTUR

Desde el pasado mes de junio está realizando prácticas profesionales no laborales en los establecimientos hosteleros del Gobierno de Cantabria (las cafeterías del Abra del Pas, Peña Cabarga o el Parque de la Naturaleza de Cabárceno) en el marco del programa de formación para el empleo organizado por el Consistorio con cargo a una subvención de 439.767 euros otorgada por el Servicio Cántabro de Empleo (financiada con fondos de empleo de ámbito nacional), a la que hay que sumar la aportación municipal de 75.856 euros

El alumnado de la Escuela del Talento Joven ‘El Boosstare’, que desde el pasado 1 de diciembre se capacita como profesional de hostelería en Piélagos, ha pasado de la teoría a la práctica en las instalaciones del Gobierno de Cantabria como las cafeterías del Abra del Pas, Peña Cabarga o el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. 

Desde el pasado mes de junio está realizando prácticas profesionales no laborales en los establecimientos hosteleros de CANTUR en el marco del programa de formación para el empleo organizado por el Consistorio con cargo a una subvención de 439.767 euros otorgada por el Servicio Cántabro de Empleo (financiada con fondos de empleo de ámbito nacional), a la que hay que sumar la aportación municipal de 75.856 euros. 

Su directora, Marisol Fernández, ha hecho hincapié en que se trata de un itinerario formativo de 1.995 horas de formación teórica y 750 horas de obra-servicio  en el que se impartirán dos certificados de profesionalidad (“Operaciones básicas de restaurante y bar”, de nivel 1, y “Servicios de bar y cafetería”, de nivel 2), así como formación complementaria y transversal.

Trabajar directamente con el cliente te ayuda después

Luana González Quaresma y Nerea Echevarría Aguado son dos de los 12 alumnos de la Escuela del Talento Joven ‘El Boosstare’ que ponen en práctica los conocimientos adquiridos en el Albergue municipal de Boo -donde tiene su sede de la misma- en la cafetería del Campo de Golf del Abra del Pas.

“Está saliendo todo bastante bien, cambia respecto a lo que que aprendes en aula porque aquí  -en alusión a la cafetería donde realiza sus prácticas profesionales no laborales- tratas con clientes que no conoces y eso te hace curtirte un poco”, opina Luana González Quaresma quien, desde hace varios meses ayuda con el lavavajillas, con los cobros en la TPV (terminal punto de venta), con la comanda de raciones o en el servicio de comidas.

Es más, se muestra convencida de “trabajar directamente con el cliente en las prácticas te ayuda después”.

En los mismos términos  se expresa su compañera Nerea Echevarría Aguado, que  confiesa estar muy contenta tanto con los clientes como con los compañeros y quien opina que “la teoría y la práctica de clase nos sirve un montón tanto en la preparación de tapas, como en los sándwiches o los combinados”.

Ambas coinciden en que, “lo más difícil es llevar la bandeja con muchas cosas por el peso”, pero como apunta  Nerea Echevarría Aguado, “al final, es experiencia”.

No me importaría contratarlas cuando acaben porque merecen la pena

Por su parte Alberto Gutiérrez, encargado de Hostelería en CANTUR, destaca no sólo el buen carácter y compañerismo de Luana González Quaresma y Nerea Echevarría Aguado sino también su disposición al trabajo.

“No las tienes que mandar nada, van viendo lo que tienen que hacer y se ponen con ello”, apostilla.

Alberto Gutiérrez destaca la labor que desempeñan programas como la Escuela del Talento Joven ‘El Boosstare’ en la formación de futuros profesionales para un sector el de la hostelería que, según dice, “no encuentra personal para trabajar”.

“Aunque en verano hay más movimiento y viene gente de fuera, aquí tenemos una clientela my fija y formamos una gran familia y son estos clientes los que nos dicen que están encantados con estas chicas, con su atención y con su educación y, sobre todo, porque trabajan muy bien”, subraya el encargado de Hostelería en CANTUR.

Asimismo, recuerda que el año pasado en Cabárceno, cuando se acabaron las bolsas de trabajo  se llamó a la gente que había estado en prácticas y eso es una muy buena señal.

Es más, Alberto Gutiérrez reconoce que “a mí no me importaría contratar a Luana y Nerea cuando acaben porque merecen la pena”.